¿Cómo se consigue una buena autoestima?

Lo primero de todo es pensar por qué tenemos baja autoestima, qué hecho/s de nuestra vida ha/n supuesto un ataque tan fuerte. Para ello, debemos preguntarnos “¿por qué?” hasta que lleguemos a la raíz. Por ejemplo: “He suspendido el examen”, ¿por qué?, “porque no he estudiado mucho”, ¿por qué?, “porque estaba desmotivado/a”, ¿por qué?, “porque siento que no lo voy a aprobar, ni pasar de curso”, ¿por qué?, “porque he suspendido más exámenes y mis padres y profesores sólo me castigan, no me ayudan a mejorar, desde pequeño/a me decían que no era bueno/a en matemáticas”. Una vez llegados a la raíz, podremos reaccionar y rehacer nuestros pasos.  

En segundo lugar, tenemos que demostrarnos a nosotros mismos lo que valemos, ya que nuestro cerebro no es tonto y va a necesitar pruebas. El problema en muchas ocasiones es que nos planteamos objetivos a muy largo plazo o poco realistas, por lo que nos desmotivamos y acabamos pensando que no podremos con ello. Es necesario plantear pequeñas metas que ir cumpliendo y demostrándonos que podemos. Por ejemplo, si nos proponemos terminar el primer año de universidad, sin pequeños objetivos, el camino se nos hará largo y pesado; sin embargo, cada día que te sientes a estudiar, cada práctica que hagas, cada vez que prestes atención en clase, cada examen que apruebes, etc. son objetivos diarios cumplidos y debes premiarte por ello, darte cuenta de que no has llegado al final del camino pero estás dentro de él.

En el caso de que no se cumplan tus objetivos, por una u otra causa, te sentirás frustrado/a, sobre todo si era muy importante para ti. Por ello, hay que perder el “miedo al fracaso”, el cual aumenta cada vez que evitamos una situación temida. Este miedo sólo sirve para paralizarnos, ya que si te paras a pensar, seguro que en tu día a día sales exitoso/a en la mayoría de las situaciones, por lo que sólo es un fracaso si dejas de intentarlo, si lo asumes y vuelves a probar, lo acabarás consiguiendo. ¿Y si no lo consigues?, pregúntate si de verdad es tan malo el resultado, si tu vida no podría seguir, o si realmente puedes hacerle frente, aceptarlo y cambiar a otros múltiples objetivos.

Es muy importante que reconozcas tus valores y fortalezas, ya que van a guiar tu camino. Tus valores son los que persistirán cuando no consigas lo que te propones, por ejemplo, si consideras que eres educado/a y te ves envuelto en una discusión en la que los insultos y malas formas prevalecen, no te dejes llevar, sé fiel a ti, porque aunque a ojos de tu rival puedas perder la discusión, tú has actuado coherentemente y es todo lo que necesitas para tener la tranquilidad de que tu autoestima no saldrá dañada.

Cuando sientas que te atascas en algo, piensa en logros anteriores, metas que hayas conseguido y analiza qué hiciste para llegar ahí.

Dale siempre la vuelta a todo, piensa en positivo aunque al principio te parezca artificial, lo único que tienes que evitar es quedarte parado. No intentar nada es la principal causa de baja autoestima, ya que se impiden todos los logros, que son mucho más frecuentes y probables que los fracasos.

La autoestima se nutre de verte enfrentarte a retos, tanto si salen bien como si salen mal, lo has intentado y eso es mucho más valioso que quedarse parado. Recuerda, la autoestima decrece con cada miedo que tenemos, y una situación evitada es un miedo creado, así que no dudes de ti, hazlo, y si te da miedo, ¡hazlo con miedo!, hay demasiadas opciones para quedarnos paralizados por un pequeño “no” que te dé la vida.

"Imagen de la Entrada del Blog: '¿De dónde nace la autoestima y por qué es tan importante?'"
Alicia Gavilán Mateos

Alicia Gavilán Mateos

Psicóloga